lunes, 25 de abril de 2011

A VECES RESULTA COMPLICADO USAR CIERTAS PALABRAS

Porque te has acostumbrado a temer sus resultados.
Y te ciegas, como sucede cuando te paras delante de una luz brillante.

No queda entonces uno ciego porque la luz sea mala.
Queda uno ciego porque los ojos se vuelven débiles para soportarla.

De alguna manera es lo que me ha pasado. Y no deja por eso de ser verdad que el miedo se haya ido. Hay un momento, creo yo, en que aparecen sus últimas reservas. Y ese momento me sucedió ayer en la noche mientras hablaba contigo.
Enfrenté un momento de reservas inútiles... uno de esos que, como dijiste muestra ciertas "sutiles diferencias".
Y de veras son sutiles, porque lo que más me sorprende siempre es encontrarnos cada punto muy iguales. Sobre todo en estas cosas.

Como en la idea de compartir lo que tenemos. Me has dicho muchas cosas en este tiempo en que ambos hemos dicho muchas cosas. Y hemos dicho cosas serias o simplemente dulces sin dejar de serlo.
Pero esta es una de esas cosas que has dicho que me hacen mover todito. Una de esas que tan sólo pensarlas es grandote y tremendo. Me dice y me ha dicho y me sigue diciendo que no, no nos hemos equivocado de persona.

Aich. Quiero ser esa persona con la que quieres compartir tus cosas para siempre. Porque no me encuentro feliz de otra manera, porque no me entiendo de otra manera otra vez.
Porque sé que estas cosas son las que realmente importan, son las que valen cada minuto de cada momento que no estamos juntos. Y porque son las cosas con las que ambos soñamos alguna vez.

Te dije que las palabras se me estaban empezando a quedar cortas. Pero decirlo ahora sería empezar a mentir. Ya no me caben reflexiones adicionales.
Sé que te amo. Hace tiempo. Y seguirlo disfrazando no lo hará menos visible, ¿no crees, amor?

PS: ¡Eso de que te llevas estos contigo a todas partes fue una de las cosas más dulces que me has dicho desde que te conozco! No sabes como esta mi sonrisa de grande por saberlo...

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