viernes, 22 de abril de 2011

EL SEGUNDO VIAJE SE ME HACE TAN CERCANO...

Apenas llegaste a la ciudad, apenas nos vimos...
Y ya tenías que partir de nuevo. Pero bueno, no es algo que no supiéramos, mi amor.
Con todo, digo con total honestidad que no me importa la distancia... aunque la verdad es que me dan unas ganas terribles de que no exista, que siempre estés aquí, que no tengas que partir a ninguna parte.
¡Que cosa! Mientras hablamos por teléfono se me hacen más cortas las tardes y las horas se me pasan muy muy rápido. Bendito sea, es verdad, pero más aún nuestras lenguas ágiles e incansables que tienen tanto que decir.
Cada día te siento más tierna, corazón. Y no es que no supiera que podías serlo. En un momento, mientras las cosas pasaban, o iban pasando, empecé a ver las pequeñas cositas que me emocionan tanto cuando suceden ahora.

En algún momento pensé que tal vez sería mucho ponerme a pensar que quisieras pensar en nosotros, en el tiempo que viene. Y también creí que yo no querría. Me pareció que las cosas como nos habían pasado hasta ahora nos habían quitado las ganas de hacer planes. Me descubro sin embargo, feliz de hablarlos contigo. Me siento contento, porque tenemos un tiempo adelante en la cabeza: creo en eso como una señal de futuro.
No tengo miedo del futuro contigo. No a tu lado. Puede que te suene un poquito exagerado, pero me siento tan confortable... tan querido... es una buena sensación. Pero bueno, el futuro por ahora es tu siguiente llegada a la ciudad, y un vuelta juntos por cualquier parte. De hecho un picnic que se me antoja delicioso.
(Ya sé, esa es una palabra que uso mucho. Paciencia, amor: el vocabulario se ampliará.)

Empiezo a hacerme una idea acerca de las horas en que llamarás, y te extraño cada minuto que demoran a veces un poquito más -pero así es el trabajo. Una cosa: tú me dices que te parece que a veces te aguanto muchas cosas por el trabajo: tú ya las has soportado del mío, corazón. Nuestros empleos pueden ser un poco ingratos, lo sé. Pero sé que somos valientes, sé que nos queremos más de lo que parecía en un principio.
Eres un poco lo que no sospechaba. Estoy empezando a descubrir a una mujer un poquito diferente a como la imaginé en un principio. Sé que lo fundamental no varía, pero hay cosas que no me esperaba. Y todas son buenas. Todas hacen que me enamore un poquito más cada vez.


Aich. Tan solo uno. Un post nada más. Vienen más, cielo, preciosa, niña de zapatitos rojos. Hace unos años hubiera dicho suerte por tenerte en mi vida. Pero ésto, lo que sucede ahora, poco tiene que ver con la suerte.
Ambos quisimos ponernos por encima de las cosas que nos retuvieron antes. Ambos nos jugamos por esto. Y creo, con una gran sonrisa, que ambos estamos recibiendo exactamente lo que esperabamos.
Felicidad. 

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