viernes, 15 de abril de 2011

TARDE DE CINES, CON FRIO Y MUCHA MANTEQUILLA...

No es la primera vez que vamos de cines, preciosa zapatitos rojos...
Pero si la primera asi, juntos, abrazaditos y más contentos que nunca.
Me pregunto si éste pedacito de la red, tuyo y mio, puede de alguna manera reflejar con justicia las mil cosas que estuvieron dentro mio en esta tarde de cines.
La verdad es que poco a poco mi cuerpo se va enterando de lo que pasa entre nos. Pongamos que se está esparciendo, como un montón de hormiguitas llevando azúcar, por cada célula. Un momento: en realidad ya estaba yo lleno de todo esto... ¡Caray!
Debo admitir entonces que siempre había espacio para más.
Te lo describiré un poquito: es un cosquilleo cuando pienso que llega la hora y vamos a encontrarnos; como cuando mandas un mensajito de texto en la mañana y me preguntas si puedo verte un instante. Me siento contento mientras veo los minutos pasar en una esquina, y sé que en algún momento vas a aparecer caminando por la vereda de tantas veces.
Es sentirme el hombre más querido del planeta cuando te estrechas a mi brazo en medio de la película. Y que cuando me miras y preguntas en que pienso, o por qué tengo esa miradita, sabes perfectamente que es en tí, en lo que alguna vez oí llamar "preciosos intangibles".
No encuentro palabras para describir esos.
Sé que están a ritmo, uno tras otro, abundando cada día, acompasados a los latidos de ambos, entrelazados, haciéndose a la idea de acompañarse, de estar juntos.
Porque nunca fue tan verdad que te llevo debajo de la piel.
Te quiero, sé que me quieres... ¿falta algo más?
Si, falta Frank... hihihi

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