martes, 12 de abril de 2011

ESTABA DETENIDO EL DUENDE DE ESCRIBIR...

Y si, lo estaba, hasta anoche y esta mañana...
No se trata únicamente de lo que me dices, de lo que me dijiste...
Se trata simplemente de lo que me haces sentir. De lo que haría sentir a cualquiera saber lo que sabemos el uno del otro. No las cosas lindas que pueden suceder entre dos que se quieren.
Las duras, las malas, miedos y temores. Las cosas que normalmente habría que guardar muy adentro, esas que espantan y hacen que la gente diga siempre no.
Pero hay un sí en mi cabeza.
Si... te quiero, y no necesito explicártelo. Es simple. Vino, y decidió quedarse en este barrio, que estaba seco de las peores formas, porque quise. Porque quisiste..
Si... hay seguramente muchas dudas en medio. Y no es que se puedan solucionar todas juntas en una tarde linda de cafés. Las dudas necesitan tiempo para abrirse, y tiempo para dejarse estar...Y se abrirán.
Sé que en estas cosas nos hemos caído, y que el suelo no era parejo, y ha dejado marcas para ambos. Pero creo que precisamente por eso no habrá daño entre nosotros, porque sabemos lo que duele, y no quisieramos más de él. Ni procurarlo a nadie más.
Es simple, al menos en mi cabeza.
En otro lado, simplemente más rojito y antiguo que este, te dije que había un camino que podemos andar juntos.
Quiero que veas mi mano, tendida hacia ti, ahora mismo.
¿Quieres hacer esta parte del viaje conmigo, preciosa?
No existe nada que pudiera hacerla mejor. Ni nadie.

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